Magda Portal Nostalgia de Barranco

Cultura
Gonzalo Bulnes M. escritor (Miembro del CPP)Magda Portal no necesitó más presentación, desde el momento  que José Carlos Mariátegui dijo :"Magda Portal es ya otro valor- signo en el proceso de nuestra literatura. Con su advenimiento le ha nacido al Perú su primera poetisa...Esta poetisa nuestra, a quien debemos saludar ya como a una de las primeras poetisas de indo América. Tiene un temperamento original y autónomo. Su secreto, su palabra, su fuerza, nacieron con ella y están en ella".  Gonzalo  Bulnes  Mallea

Magda, ¿dónde fue que viste la primera luz?
Nací en el Barranco y su mar fabuloso impactó en mis ojos y en mi memoria, en los años de mi primera infancia. A-
Penas debo haber estado en los tres años cuando tuve la sensación de la belleza imponderable de mar, para mí entonces sin nombre, sin ubicación, como si fuera mi propio destino.
El mar quedó en mis retinas interiores como telón de fondo en cuanto fue mi vida. Nunca dejó de atraerme aunque llegara a temerle, el mar figura en toda mi poesía y su influjo y su grandeza, su soledad sin par signaron mis recuerdos. Vivir lejos del mar fue para mí como un castigo, como si me robaran algo entrañable, insustituible. Yo le dije al mar en una de mis primeras poesías: Oh mar/ y descansar/ un día largo/ en tus brazos abiertos/ como una alga dócil/ a merced de la danza de tus olas.

¿O sea que el mar para ti fue factor fundamental en tu vida y obra?

Y así, mi vida tuvo muchos cambios, muchos avatares. Mudanzas alternativas. Pero como si no me fuera posible excluir la cercanía del mar en mis andanzas, siempre traté de que los lugares a donde me ubicaba, estuvieran cercanos al mar para poder buscarlo y gozar con su presencia exultante, quizá tanto o más que las montañas o los ríos o las selvas ubérrimas. Porque en mis peregrinajes he conocido muchos lugares bellos, muchos paisajes, a cual más hermoso, a cual más inolvidable.
Por eso digo que cuando estoy lejos del mar, hago comparaciones, sin disminuir la belleza o lo extraordinario del lugar que recién conozco, país, región. Pero trato por todos los medios de acercarme al mar del cual no puedo estar distante mucho tiempo. Creo que esa fue la garra que clavara en mis carnes-en mi alma- el espectáculo de mi primer contacto con el mar del Barranco.

Sé que has viajado mucho, sin embargo siempre donde vas no dejas de pensar en tu Barranco...

He viajado por todos los rincones del Perú, descubriendo su fisonomía humana, su acento cordial, escondido dolor. Por eso puedo decir que sé de su alimento, de su sal y de su agua, de sus noches estrelladas y de sus caminos. Nadie
que  ame al Perú puede caminarlo de otra manera. Y por eso conozco el litoral de su geografía, de norte a sur, bañado por su mar sin límites. Conozco muchos mares de América, y entre ellos el bello Mar Caribe, de un verde azulado de esmeralda, motivo de inspiración de sus poetas. Pero en Barranco siempre me han atraído sus malecones, sus barandas, sus barrancos que todos van a desembocar al mar.
Un tiempo viví en la misma Bajada de los Baños entre las enredaderas y los árboles añosos, sombreado el camino por donde bajas las parejas de enamorados hacia el mar. Desde la baranda asomada al paseo, divisaba el mar y sus crepúsculos y aspiraba el fuerte y capitoso olor que despedía, y admiraba la belleza de los tonoso  feéricos que adquiere el horizonte cuando el sol declina.

Qué anécdotas que recuerdes, nos puedes contar..

A mi casa llegaron cierta vez unos amigos colombianos, Darío Samper, poeta él Jorge Eliecer Gaitán, escritor y político, y quedaron maravillados del paisaje que yo miraba con delectación, pero sin asombro, pues era así, sin aspavientos, toda la real belleza del lugar. Ellos dijeron: "si viviéramos en el Perú, este sería el único lugar en el que nos gustaría vivir". Muchas veces he vuelto al Barranco a bañarme en sus aguas, a respirar su aire saturado de sales marinas, y muchas más he debido irme, quien sabe por qué, simplemente porque no me  era posible quedarme. La última vez- y ya está lejana- salí de una casa del Barranco, donde vivía con mi madre y mis hermanos, clandestinamente, para viajar en la misma forma hacia Bolivia, huyendo de algunas de nuestra inveteradas dictaduras. A mi regreso, varios años después, no pude sustraerme al deseo de visitar el Barranco, con sus ruinas aún visibles como heridas mal cerradas, del terremoto del 40. Allí estaban las viejas casonas barranquinas, con sus costados carcomidos, las iglesias, los paseos y la misma Bajada de los Baños con los impactos del movimiento sísmico que afectó sus estructuras físicas. Pero la ciudad soportó con entereza el castigo de la naturaleza, y Barranco a retomar la vida. Al fondo, en toda su costa, seguía impasible, inalterable, con su mismo ritmo vital, el mar de mis recuerdos..

Noto que tu ardiente devoción por Barranco, es una constante en tu vida cotidiana ¿ acaso, lo encuentras diferente a otros similares?

Porque el Barranco tiene una fisonomía propia. Sugiere una ciudad colgada del abismo, que la mano del hombre, su alcaldes, sus habitantes entusiastas y  amantes de su prestancia, no han hecho sino rodear de cierto confort moderno, para que se sientan mejor los que lo habitan y disfrutan y los visitantes ocasionales. Sus parques, sus glorietas, sus rincones de ensueño, han llegado a configurarse con el paisaje y formar parte del mismo, como si siempre hubieran sido así, sin artificios. Por eso creo yo que se debería tratar de reconstruir lo destruido, lo dañado por la acción del tiempo o por la incuria de algunos de sus vecinos, y darle a la ciudad el cariz de un lugar acogedor en grado máximo, donde el que la visita se sienta como si fuera su propio suelo, con la intimidad y frescura de sus aires marinos, sus cielos incomparables, y su mar, su bello mar de espumas y de sueños. Si esto le agrada a los turistas, tal vez sirva para contribuir a su conservación y mejoramiento, y también como parte del ambiente ya internacional de sus costas, tan cercanos y a la capital y tan distante de ella.

¿Quizás, porque encuentres a tu balneario preferido como una especie de simbiosis, de lo que representa lo autóctono con lo contemporáneo?

Porque Barranco se conserva con ese aire ingenuo de ciudad provinciana, pese a los asfaltados de sus calles, al inmenso trajín de los veranos y las playas, al tránsito que viene de Chorrillos, pero que son solo pasajeros como la resaca del mar, ellos vienen y se van y siempre queda la ciudad intocada, risueña, hogareña, donde a veces parece que ni la luz eléctrica hiciera falta, sobre todo en las noches de luna.

Al producirse los ocasos en el cerúleo mar barranquino,  ¿qué profundos sentimientos brotan de ti?

Luego, cuando llega la noche, los rincones de los recuerdos recobran su magia evocadora, donde sin duda se insinúan en la suave niebla marina, las almas de sus poetas que se fueron, rumbo al mar, en el tiempo sin tiempo y sin ausencias.

***Magda Portal  nació en Barranco el día domingo 27 de Mayo de 1900. Sus padres fueron Pablo del Portal y Rosa Amelia Moreno. Falleció en Lima el martes 11 de julio de 1989. Sus restos  cremados  fueron esparcidos en las aguas marinas, frente a la tierra que la vio nacer, donde tuve el privilegio de presenciar junto a su familia. Este reportaje lo realicé en 1976, cuando Magda redescubrió Barranco para sí misma. Antes solía decir en las entevistas "nací en Lima", pero después al comprender lo que significaba Barranco dentro del contexto nacional e internacional, dijo siempre con orgullo: "nací en Barranco"
GBM  28.09.09