Tanto hay que hablar de la famosa Tucumana Mercedes Sosa , la llamada también "La Voz de las Américas", aquella que paseó sus canciones de registros extraordinarios que conocieron muchos países del orbe, llevando el mensaje de solidaridad y esperanza. Ella, como pocas encarna el espíritu de esta América morena, la misma que adicionó a su abultado repertorio musical canciones tan hermosas que gustan al mundo entero. Canta, por ejemplo, "Gracias a la Vida" aquella que dejó huellas y recuerdos de la no menos famosa Violeta Parra
Residíamos en Montreal (Canadá) y por razones profesionales enrumbaba hacia la capital peruana, Lima. Cuando ya en el avión, camino a Toronto primero y Miami después, leímos en el mismo tabloide que laborábamos, un extenso reportaje que la directora Regina Cereijo (Prensa libre PRESSE) había redactado referente a la popular "negra" como cariñosamente siempre se la llamó en el mundo del espectáculo. "Lo que me he perdido" dije para mis adentros. Corría el mes de Setiembre de 1996 y ella estaba programada para el domingo 13 de Octubre en el Teatro ST-DENIS, del paradero Berri- UQUAM . Supe después que muchísima gente se quedó sin escucharla. Esa noche, me contaron los colegas que el público de pie la había ovacionado tanto, que retomó al camino de su actuación. Su agradecimiento lo simbolizaba interpretando nuevos temas. "Fue una noche inolvidable".
¿Pero quién es Mercedes Sosa? Una mujer dulce, un tanto robusta, de alegría sin par, una caminante que a través de la canción cantaba el dolor de los pobres ¿Acaso la protesta de los que menos tienen? . Fue profesora de danza y acostumbraba cantar para sus amigos, ya en los primeros años de la década de los 60, su nombre ya era conocido y se va asociando con el "Movimiento de la Nueva Canción".
En 1965 aparece su primer record con voz de la zafra. Su voz y sus canciones se escuchan cada vez más. Aún en los tiempos difíciles de los setenta, ella continúa cantando; luego al sufrir amenazas y persecuciones a causa de la situación política se ve obligada al exilio y sólo regresaría a su país en 1982.
Se ha ido para siempre esta extraordinaria mujer que alguna vez alabó a Chabuca Granda y que bailó marinera con Eva Ayllón en los sets del canal 7 y que al saber de su deceso, el Presidente Alan García le dedicó algunos pensamientos a la mujer que a través de su canto pedía días mejores y justicia social para los más necesitados del planeta. La bandera bicolor, roja y blanca, flameaba a media asta como diciéndole "Adios" a la negra de oro de la canción, desde el propio Palacio de Gobierno, ubicado en la Plaza de Armas de Lima, capital del Perú.
